EL PAÍS DE MADRID
El objetivo es muy concreto: dar el empujón definitivo a la educación latinoamericana. Y ahora también el presupuesto necesario para hacerlo realidad: us$ 81.000 millones en 10 años, de 2011 a 2021. La organización de estados iberoamericanos (oei) acaba de presentar a los gobiernos de la zona el estudio de costos para alcanzar las metas educativas 2021, elaborado con la comisión económica para América latina y el caribe (cepal) de la ONU.
Ese empujón, acordado por todos los países, supondría acabar en una década, coincidiendo con la celebración de los bicentenarios de la independencia de los países latinoamericanos, con el analfabetismo que afecta aún a 32 millones de personas, escolarizar a los 15 millones de niños de tres a seis años que no lo están, mejorar el acceso a la universidad o construir sistemas fuertes de formación profesional.
Cada país arranca de un distinto punto de partida, con poblaciones y economías diferentes, pero el informe contiene un estudio pormenorizado del esfuerzo que debe hacer cada uno, desde los US$ 19.000 millones en México o los 18.500 millones de Brasil, hasta los 274 millones de Paraguay y Bolivia. Para alcanzar estas cifras, si se mantuviera la prioridad macroeconómica (el mismo crecimiento en educación que en el PIB del país), faltarían todavía unos 19.700 millones para cumplir los objetivos.
¿De dónde saldrían? De aumentar un poco más ese esfuerzo. En concreto, un 0,56% más del PIB en una década: los programas educativos, los de I+D y las transferencias a los grupos vulnerables. Para alcanzar sólo los objetivos educativos el esfuerzo medio sería de un 0,29% más del PIB. Pero, como el informe de la Cepal tiene en cuenta que el esfuerzo que pueden hacer los países no es ilimitado y fijó un máximo posible, habría tres que no alcanzarían esas metas: Bolivia, Honduras y Nicaragua. De ese modo, faltaría un poco menos del fondo solidario que prevé el proyecto, establecido en 2.900 millones.
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