Ahora es fácil decir, como en esta genial nota de la BBC ( news.bbc.co.uk/2/hi/uk_news/magazine/8117619.stm ), que el Walkman era enorme, ofrecía una dudosa calidad de sonido, era visualmente aburrido, carecía de funciones como la de shuffle (tocar una canción al azar) y devoraba pilas como un velocirráptor se zamparía una cajas de hamburguesas.
El primer modelo del Walkman producido por Sony fue el TPS-L2. De este modelo y sus posteriores versiones, Sony vendió millones de unidades, aunque cuando apareció, pocos podían permitirse uno debido a su elevado precio. El walkman permitía obtener calidad de sonido, similar a la de un equipo casero, sin ser voluminoso. La amplia difusión del walkman también cambió radicalmente el negocio de los tocadiscos y le dio el primer golpe al disco de vinilo, ya que el cassette era más fácil de reproducir y más económico. El walkman es todo un símbolo de los años 80.
El aniversario llega en un momento amargo para Sony, que perdió en el último año fiscal (el que cerró en marzo) unos 1.000 millones de dólares. Pero estos números no opacan el que la firma japonesa fundada por Masaru Ibuka y Akio Morita en 1946 como una pyme de 20 empleados fue la primera en vislumbrar el futuro, treinta años atrás, el 1° de julio de 1979.
Extraído de La Nación
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