Una serie de poderosos ataques cibernéticos afectó, desde el sábado pasado el funcionamiento de más de 20 sitios web de organismos gubernamentales de Estados Unidos y de Corea del Sur, incluido el de la Casa Blanca, lo que causó alarma en Washington y Seúl.
Si bien aún no está claro quiénes fueron los responsables ni cuáles fueron sus motivos, el Servicio Nacional de Inteligencia de Corea del Sur (NIS) precisó en un comunicado que una organización y posiblemente un Estado estarían involucrados en el ciberataque.
Según reveló la agencia Yonhap, espías surcoreanos sospechan que los hackers se encuentran en Corea del Norte o que son fuerzas que apoyan al régimen de Pyongyang. La policía y la fiscalía surcoreanas ya iniciaron una investigación sobre el incidente, agregó la agencia. "Los ataques consistieron en un tráfico dañino masivo a sitios específicos que causaron un enlentecimiento o colapso en el acceso, y algunas instituciones nacionales, bancos y sitios de medios de comunicación han sido los objetivos", señaló la NIS
En principio, el ataque no parecía estar dirigido a sistemas o a archivos clasificados sino a los sitios públicos, lo que generó molestias para funcionarios y usuarios.
En Estados Unidos, el ataque causó problemas en los sitios de la Casa Blanca, del Pentágono, de la Bolsa de Valores de Nueva York, de la Agencia de Seguridad Nacional, del Departamento de Seguridad Interior, del Departamento de Estado, del mercado de valores Nasdaq y del diario The Washington Post, de acuerdo con un análisis inicial del programa utilizado por los hackers.
De todas formas, los ataques contra las páginas web de la Casa Blanca y del Pentágono "no tuvieron absolutamente ningún efecto en sus operaciones diarias", ya que las medidas preventivas mantuvieron los sitios "estables y disponibles", aclaró un vocero del gobierno, Nick Shapiro.
Al parecer, muchos de los organismos atacados pudieron bloquear el ciberataque con éxito, pero algunos sitios, como el del Departamento del Tesoro, por momentos fueron bloqueados por completo.
Dale Meyerrose, ex jefe de información de las agencias de inteligencia estadounidenses, dijo que uno de sus sitios web fue saturado con un millón de solicitudes de acceso por segundo por ataque, lo que totalizó 4000 millones de intentos de conexión en los últimos días. No dijo de qué agencia era el sitio, pero sí que normalmente tiene unos 25.000 usuarios diarios.
POCA ELEGANCIA. Las características de la operación indican que unas 30.000 a 60.000 computadoras estuvieron involucradas en el ciberataque, explicó Meyerrose. Como los hackers habrían usado computadoras secundarias, es muy pronto para decir dónde comenzó la operación, agregó.
En tanto, Amit Yoran, ejecutivo jefe de NetWitness y ex jefe de seguridad cibernética del gobierno norteamericano, dijo que el ataque generalizado de esta semana fue "ruidoso y torpe", lo que indicaría el bajo nivel de conocimientos de las personas que lo condujeron.
"Este no es el tipo de elegancia que esperaríamos de adversarios avanzados", ironizó Yoran.
(Basado en La Nación)
Otras conspiraciones
En abril de este año ingresaron espías a la red eléctrica de EE.UU. e instalaron programas de computación para interrumpir el servicio, aunque no estaba claro cuándo sucedió la intrusión. Un funcionario dijo que el ataque "casi sin dudas" provino de un Estado extranjero.
En marzo, saboteadores cibernéticos, probablemente en China, robaron información delicada de miles de discos rígidos en todo el mundo e ingresaron al sistema de computación del Dalai Lama, el líder espiritual del Tíbet. China negó estar involucrada.
También en marzo, las computadoras de la oficina del senador de Florida (EE.UU.), Bill Nelson, fueron saboteadas tres veces por "invasores cibernéticos que se cree están en China", arriesgó. Nelson es miembro de los comités de Inteligencia, Fuerzas Armadas y Finanzas en el Senado y dijo que uno de los incidentes fue muy serio.
En 2008, sitios de empresas y del gobierno de Georgia sufrieron ataques de negación de servicio poco antes del inicio de la guerra con Rusia. El Kremlin negó estar involucrado, pero un grupo de expertos occidentales independientes rastreó los nombres de dominio y datos de registro de sitios web hasta determinar que las principales agencias de seguridad e inteligencia militar rusas habían participado.
En 2007, presuntos saboteadores rusos paralizaron redes de computación del gobierno y empresas en Estonia durante casi tres semanas.
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