18 de julio de 2009

El día que la Luna se hizo un espacio en el comedor

Por RENZO ROSSELLO para el diario "El Pais"

Aquel domingo cambió todo. Fue el primer evento global vivido en directo, en tiempo real, con el aliento contenido. Por la ventana abierta al espacio en el living los uruguayos que llevan más de cuatro décadas en este planeta lo vieron y lo vivieron.

Pero Aldo Rilla (39) no. Y tampoco su madre, Graciela Aniotz (62). Esa noche ambos estaban en la maternidad de Impasa. Para Graciela había algo más importante que la conquista del espacio: su primer hijo.

"Unos días antes habíamos estado hablando de conseguir un televisor para ver el alunizaje. Pero esa mañana empecé con las contracciones, así que tuve que internarme de apuro. Aldo nació a las nueve y algo de la noche, así que cuando Armstrong bajó a la luna yo estaba saliendo del trabajo de parto", recuerda Graciela.

Ese día, en la maternidad de Impasa, Aldo fue el primer varón en nacer. "Recuerdo que las enfermeras pasaban por todas las salas a preguntar qué nombre les habían puesto a los niños. No recuerdo que hubiera ninguno que aludiera al viaje a la Luna", comenta Graciela.

Por entonces no era común que en las habitaciones de un sanatorio hubiera televisores. Aunque Graciela y su esposo lo hubieran pensado en algún momento, pronto olvidaron esa posibilidad. Es cierto que para la familia Rilla Aniotz el viaje a la Luna no tuvo un significado especial por sí mismo. "Pero a mí me quedó siempre aquello de que Aldo tuviera un interés natural por la Luna, cuando era chico la buscaba, la seguía y siempre lo comentábamos con el padre porque nos hacía mucha gracia, por la fecha del cumpleaños", dice Graciela.

El lunes, Aldo celebrará los 40 con sus amigos bajo la luna de Porto Seguro, en Brasil. Las cuatro décadas de aquél viaje, sin embargo, se colarán en el cumpleaños y es posible que las imágenes que entonces Aldo no pudo ver en tiempo real sean ahora telón para el brindis.

El astrónomo Gonzalo Tancredi (46) no recuerda el viaje a la Luna como algo determinante para su vocación. "Era muy chico, no tengo recuerdos de ese momento", dice. Sin embargo, años más tarde cuando comenzó a estudiar, advirtió la enormidad de la expedición espacial y el desafío tecnológico que supuso. Además de su valor científico, Tancredi sostiene que "el otro legado importante fue el reconocimiento de la pequeñez de nuestro planeta".

Muchos uruguayos, sobre todo quienes superan largamente las cuatro décadas, podrán evocar ese día frío, nublado, con las caras iluminadas por los destellos azulados de la pantalla blanco y negro.

Desde la mañana, la noticia rondaba por todas las esquinas. Las radios reportaban cada pocos minutos. Las portadas de los diarios exhibían las caras sonrientes de Neil Armstrong, Edwin "Buzz" Aldrin y Michael Collins. Los niños preguntaban una y otra vez cuándo ocurriría la hazaña. Sólo la celeste podía concitar semejante unanimidad de ansiedades. Y algo de mundial de fútbol tenía el asunto.

A media tarde, muchos habían hecho planes para reunirse en una u otra casa, con el requisito excluyente de que hubiera un televisor. Es cierto que el nuevo "mueble" había dejado de ser una novedad en la mayoría de los hogares uruguayos. Y ese día la televisión abriría una ventana a la Luna.

"Fue prácticamente todo un día de transmisión", recuerda Carlos Giacosa, por entonces responsable del noticiero de Canal 4, que junto a Canal 10 tenían los derechos exclusivos de la epopeya espacial.

Se estima que alrededor de 600 millones de personas en el mundo vieron la transmisión emitida desde la Voz de América. En Montevideo fueron varios cientos de miles. Habría que esperar al siglo XXI para que otro evento, en este caso de signo trágico, pudiera medirse en abrumadora magnitud: el 11 de septiembre de 2001.

Giacosa lleva más de medio siglo en medios de comunicación. Por entonces era la cara visible del noticiero. Un periodista de 33 años que había estudiado en Estados Unidos y que ese día, junto a Barret Puig para Saeta, tuvo la responsabilidad de contar paso a paso desde que el Saturno 5 comenzó a acercarse a la órbita lunar.

"Seguíamos las transmisiones desde piso, habíamos empezado varias horas antes en lo que, como se dice ahora en las transmisiones de fútbol, era la previa", recuerda Giacosa. "Venía mucho material en inglés y nosotros tratábamos de ir contándole a la audiencia lo que estaba ocurriendo", rememora.

A las 17.20, la noticia hizo latir corazones: el módulo "Eagle" había bajado a la Luna.

"Había un programa que nos había mandado la NASA, donde estaba casi minuto a minuto lo que iba a ir ocurriendo", recuerda Giacosa.

Pero la expectativa creciente tenía que luchar con lapsos de varios minutos en los que, en apariencia, "no pasaba nada". Y ese fue el momento para otra hazaña -menor, claro-, pero de algún modo muy uruguaya.

"Algo que no muchos recuerdan ahora, pero ese día yo hablé con Von Braun", cuenta Giacosa. El científico alemán Wernher Von Braun, nacionalizado estadounidense tras la Segunda Guerra Mundial, fue la piedra angular del proyecto Apolo de la NASA. De hecho fue el creador del cohete Saturno 5 que completó el viaje de ocho días a la Luna. "Cuando yo había estado en Estados Unidos, estudiando y empezando la carrera de periodismo, había conseguido el teléfono de Von Braun con la idea de hacerle una entrevista. Nunca llegué a hacérsela, pero guardaba el número. Y entonces me acordé y le dije a Barret Puig: `¿lo llamamos y lo sacamos al aire?` Barret no creía que aceptara, pero en periodismo nunca hay que dar por supuesto un no. Así que lo llamé y hablamos brevemente, no es que haya dicho algo trascendente, pero bueno, salió la entrevista al aire".

Varias horas después, exactamente a las 23.56 de ese domingo, Armstrong bajaba por la escalerilla del "Eagle" y pronunciaba aquella frase que los comunicadores uruguayos tuvieron que traducir: "Un pequeño paso para un hombre, un gran salto para la humanidad". (Producción: Ximena Aguiar)

Para recordar el alunizaje

PLANETARIO. El lunes, a las 12.30, estrenan el audiovisual "Apolo XI: De la Tierra a la Luna", coproducida por el Planetario, TV Ciudad y la Comedia Nacional, con auspicio de la Embajada de EE.UU. Además habrá una muestra.

TRANSMISIÓN. Desde el 16 de julio al lunes 20, se podrá seguir en tiempo real la expedición del Apolo XI, tal como ocurrió, a través del sitio web: http://www.WeChooseTheMoon.com. Se podrá revivir el viaje tal como se vio en TV.

MOONFEST. Es la celebración que realiza la NASA el domingo 19 de julio en el Ames Research Center, para festejar el 40° aniversario de la expedición del Apolo XI. El evento podrá verse por el sitio web: http://moonfest.arc.nasa.gov/

COLEGIO PÍO. El meteorólogo Jorge Nusa, asesor del Museo del Observatorio Meteorológico y Astronómico, dictará la conferencia "40 años del hombre en la Luna", para alumnos de 5° y 6° año de escuela. En Lezica 6375.


Hace tanto tiempo...y tan poco...Papá me despertó, creo que nos despertó a todos esa noche. Nos dijo:

- "¡ Vengan ! ¡ Esto lo van a recordar toda su vida !"

Estaba muy entusiasmado. Como eterno viajero, iba a presenciar el viaje de su vida. ¡ Lo que hubiera pagado por estar allí !

El viejo televisor Geloso, que papá había comprado con sus ahorros para ver EL momento, brillaba apenas en el comedor de la casa. Recuerdo que me levanté un poco confuso, con mi pijama cubierto por una manta que me alcanzó mamá. Pero sentía la excitación, transmitida por papá.

- "Lo que vas a ver es histórico" me dijo. "¡ No lo olvides nunca, Fernando !"

Y no lo hice. Hoy, 40 años después, aún lo recuerdo vívidamente. Y lo recuerdo a él. A su visión, a sus ganas permanentes de viajar y conocer nuevas fronteras. A esa pasión que supo transmitirme y aún perdura en mí, y que sin duda me acompañará hasta el viaje final, el último, del que nadie regresa. Gracias Papá, muchas gracias...

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