(entrevistado por Andrés Oppenheimer)
...Cuando le pregunté qué debían hacer los países latinoamericanos para crecer y reducir la pobreza más rápido, respondió que debían hacerse más competitivos en la economía global. Y contrariamente a lo que suponen muchos de sus admiradores de la vieja izquierda, Stiglitz parece convencido de que la globalización está aquí para quedarse.
"Un aspecto oculto de esta crisis es que, a pesar de ser una crisis financiera, es una crisis económica: marca un hito en la transformación de la economía global, un cambio de las ventajas comparativas``, dijo. "Para prosperar, Latinoamérica debe elevar su nivel de capacitación, su tecnología, para ser más competitiva en la economía global".
¿Por qué?, le pregunté. Porque el pastel de la economía mundial se ha reducido como consecuencia de la crisis, y habrá mayor competencia entre los países en desarrollo para vender sus productos a los mercados más ricos, afirmó.
"El pastel se ha achicado, y la gente está compitiendo ferozmente por cuotas de mercado", dijo. "Ahora estamos pasando de una economía de manufacturas a una economía de servicios, y esta crisis puede ser un parteaguas. Y eso significa que los países deben prepararse más para la globalización, y que deben tener las capacidades necesarias para competir en el mercado global``.
Refiriéndose a México, afirmó que muchos de sus problemas "se originan por no haber invertido lo suficiente en educación, en infraestructura". Y agregó: "China no tiene un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos, pero concentró toda su energía en invertir en educación, tecnología, infraestructura, y consiguió superar ampliamente la desventaja de no tener libre acceso al mercado estadounidense".
Mi opinión: tras la entrevista, me quedé con la impresión de que Chávez, Kirchner y otros presidentes populistas sacan de contexto a Stiglitz cuando lo pintan como un paladín de la antiglobalización. A juzgar por lo que Stiglitz me dijo, no es nada de eso.
Sabe que la pobreza del mundo se redujo del 40 a 19 por ciento de la población del planeta en el transcurso de las últimas dos décadas, desde que China, India y otros países se insertaron en la economía global. Ojalá que Stiglitz enfatice más este último punto cuando hable ante sus admiradores globafóbicos: posiblemente el premio Nobel dé por sentado que ellos también lo saben, pero en muchos casos no es así...
"Un aspecto oculto de esta crisis es que, a pesar de ser una crisis financiera, es una crisis económica: marca un hito en la transformación de la economía global, un cambio de las ventajas comparativas``, dijo. "Para prosperar, Latinoamérica debe elevar su nivel de capacitación, su tecnología, para ser más competitiva en la economía global".
¿Por qué?, le pregunté. Porque el pastel de la economía mundial se ha reducido como consecuencia de la crisis, y habrá mayor competencia entre los países en desarrollo para vender sus productos a los mercados más ricos, afirmó.
"El pastel se ha achicado, y la gente está compitiendo ferozmente por cuotas de mercado", dijo. "Ahora estamos pasando de una economía de manufacturas a una economía de servicios, y esta crisis puede ser un parteaguas. Y eso significa que los países deben prepararse más para la globalización, y que deben tener las capacidades necesarias para competir en el mercado global``.
Refiriéndose a México, afirmó que muchos de sus problemas "se originan por no haber invertido lo suficiente en educación, en infraestructura". Y agregó: "China no tiene un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos, pero concentró toda su energía en invertir en educación, tecnología, infraestructura, y consiguió superar ampliamente la desventaja de no tener libre acceso al mercado estadounidense".
Mi opinión: tras la entrevista, me quedé con la impresión de que Chávez, Kirchner y otros presidentes populistas sacan de contexto a Stiglitz cuando lo pintan como un paladín de la antiglobalización. A juzgar por lo que Stiglitz me dijo, no es nada de eso.
Sabe que la pobreza del mundo se redujo del 40 a 19 por ciento de la población del planeta en el transcurso de las últimas dos décadas, desde que China, India y otros países se insertaron en la economía global. Ojalá que Stiglitz enfatice más este último punto cuando hable ante sus admiradores globafóbicos: posiblemente el premio Nobel dé por sentado que ellos también lo saben, pero en muchos casos no es así...
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