Pablo Melgar para el diario "El País", MVD, UY
Un informe encargado por la Cámara de Comercio propone que los centros educativos compitan entre sí, que las escuelas tengan autonomía para sus programas y los padres libertad para elegir a dónde enviar a sus hijos a estudiar.
El informe, elaborado por el economista Claudio Sapelli, plantea la idea de crear un sistema de "cheques", un instrumento que permitiría a familias de pocos recursos enviar a sus hijos a mejores instituciones.
La Cámara Nacional de Comercio y Servicios (CNCS) presentó ayer el trabajo de Sapelli, en el que plantea un diagnóstico crítico de la situación de la educación pública y realiza una serie de recomendaciones.
El trabajo, denominado "Retornos a la educación y dotación de habilidades cognitivas en Uruguay", fue encargado por la CNCS en el marco del Centro de Análisis y Propuestas "Uruguay al futuro", financiado por el Banco Mundial y contó con el apoyo de la Bolsa Electrónica de Valores.
Sapelli es catedrático de Economía de la Pontificia Universidad Católica de Chile y Phd en Economía de la Universidad de Chicago, Estados Unidos. El especialista destacó la existencia de problemas de eficacia y equidad en los distintos niveles del sistema uruguayo y en particular en el ciclo de Educación Media. Sostuvo que su mayor preocupación radica en la inequidad del sistema educativo y subrayó que los aprendizajes que se ofrecen en Uruguay son "los más desiguales de los países que tomaron las pruebas Pisa en 2006".
"Ya no existe el Uruguay en que la educación pública era una especie de crisol donde todo el mundo tiene una experiencia similar y desde donde sale un país homogéneo. Las personas tienen un aprendizaje muy distinto según su cuna", dijo en el informe.
El técnico sostuvo que es necesario poner más foco sobre los conocimientos de los educandos para lo que propone incorporar tres conceptos y aplicarlos en forma conjunta: rendición de cuentas ("accountability"), autonomía de las escuelas y elección o competencia entre las instituciones educativas.
Afirmó que si se toman en cuenta estas propuestas se puede reducir sensiblemente la brecha entre los datos generados por Uruguay y el promedio de los países de la OCDE.
"El problema central es que el sistema no tiene presión. No hay presión para que el colegio o el profesor hagan las cosas bien. Esto es como consecuencia de que no hay mediciones o rendiciones de cuentas", dijo.
Exámenes.
Sapelli propuso la realización de exámenes que sean tomados y verificados por una organización independiente al sistema público a fin de medir qué están haciendo los institutos. "Una forma de rendir cuentas es que aquellos alumnos a los que les va bien en el examen reciban un certificado que diga que los aprobaron y con qué calificaciones, lo que seguramente va a ser demandado y valorado en el mercado laboral", indicó.
Para el especialista, el sistema educativo tiene que tener capacidad para implementar premios y castigos para los centros educativos y sus docentes según el nivel de calidad de su servicio de enseñanza.
"Se debe otorgar libertad y autonomía a los colegios en la toma de decisiones. Debe haber un mínimo de conocimientos a enseñar pero se puede habilitar algún aspecto que se entienda necesario o que sea atractivo para motivar a los alumnos, eso es descentralización", indicó.
Por otro lado propuso hacer que las familias se "empoderen" del sistema y que le hagan rendir cuentas para que puedan elegir de la mejor manera a qué lugar enviar a sus hijos. En ese marco propuso la creación de un sistema de "cheques" que habilite a las familias a trasladar a sus hijos a colegios privados u organizaciones sin fines de lucro. Para las familias con mayores dificultades económicas el cheque sería de mayor valor.
Aseguró que está probado que los alumnos que provienen de hogares con menor formación tienen más dificultades de aprendizaje. Por esta razón es necesario crear aulas más pequeñas de manera que los docentes tengan un trato más directo con los alumnos.
"Para tener clases más chicas se precisa más presupuesto, esta idea de los cheques de mayor valor de las personas con nivel socioeconómico más bajo, permitiría implementar una educación más intensiva que pudiera nivelarlos, con lo que se resolvería el problema de la desigualdad educativa que tiene Uruguay", propuso.
Por otro lado, aseguró que lo importante no es la cantidad de años de educación sino la dotación de aprendizajes que el sistema de enseñanza transfiere al alumno.
"América Latina está bien en cantidad pero muy mal en calidad. Los niños pueden tener 10 años de educación pero en términos de aprendizajes no son los mismos que se reciben en un país de Europa o en Corea".
Presupuesto.
Por otro lado, Sapelli señaló que no hay una relación clara entre presupuesto y aprendizajes y que, sin embargo, se ha acumulado evidencia empírica respecto al diseño institucional con relación a los conocimientos que adquieren los alumnos.
Consultado por la posible aplicación de sus ideas tras la triplicación del presupuesto para la enseñanza en este gobierno y con el crecimiento de las estructuras sindicales, sostuvo que los planteos están inspirados en países en que su aplicación ha dado buenos resultados.
"Lo que yo estoy planteando ha funcionado en otros lados, el sistema uruguayo centralizado y burocrático, no funciona. Está probado en la educación que el aumento de presupuesto y nada más no sirve. Es tirar la plata a un agujero. El sistema no funciona porque no tenga recursos, es que nadie se está preocupando si los alumnos tienen o no los aprendizajes", dijo el especialista.
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