Por Clara Esmoris para portal 180.com.uy
Según la Ley General de Educación, aprobada en 2008, es obligatorio terminar secundaria. Sin embargo, en Uruguay uno de cada tres jóvenes termina el liceo y solo uno de cada cinco lo hace en tiempo y forma. Además, solo el 10% de quienes repitieron algún año en Primaria —con una de las tasas de repetición más altas de América Latina— logra terminar secundaria.
Estos datos surgen del estudio “Transiciones a la adultez y educación”, promovido por el Fondo de Población de Naciones Unidas (Unfpa). La socióloga Verónica Filardo, autora del trabajo, explicó algunos de los datos más relevantes de estudio, que considera cuatro eventos fundamentales: salida del sistema educativo, ingreso al mercado laboral, constitución de domicilio diferente al hogar de origen e inicio de la vida reproductiva (hijos).
Los datos están basados en la Encuesta Nacional de Adolescencia Juventud de 2008 y muestran que casi el 98% de los niños egresa de Primaria. De ellos, el 23% repite algún año, principalmente primero, y solo uno de cada diez niños que repite termina luego Secundaria.
La opinión de Filardo frente a estos datos es que es un error focalizarse en cada ciclo por separado a la hora de enfrentar el problema educativo: con un niño que repite en Primaria, ya que “hay una determinación muy importante de la probabilidad de egreso de la educación media. Entonces, cuando hablemos de educación, no nos focalicemos exclusivamente en un ciclo, porque los desempeños que se obtengan en un nivel, tienen efectos en el siguiente. En este momento no puede considerarse este aspecto a nivel institucional; en primer lugar, porque el diseño institucional de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) está desconcentrado; en segundo lugar, porque no hay información estadística de la trayectoria individual de los sujetos, que además se traspase de un desconcentrado a otro. Entonces no hay posibilidad de estudiar sistemáticamente qué es lo que pasa en la trayectoria estudiantil de cada niño”, explicó.
La opinión de Filardo frente a estos datos es que es un error focalizarse en cada ciclo por separado a la hora de enfrentar el problema educativo: con un niño que repite en Primaria, ya que “hay una determinación muy importante de la probabilidad de egreso de la educación media. Entonces, cuando hablemos de educación, no nos focalicemos exclusivamente en un ciclo, porque los desempeños que se obtengan en un nivel, tienen efectos en el siguiente. En este momento no puede considerarse este aspecto a nivel institucional; en primer lugar, porque el diseño institucional de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) está desconcentrado; en segundo lugar, porque no hay información estadística de la trayectoria individual de los sujetos, que además se traspase de un desconcentrado a otro. Entonces no hay posibilidad de estudiar sistemáticamente qué es lo que pasa en la trayectoria estudiantil de cada niño”, explicó.
El estudio también muestra que especialmente para los varones, generalmente de nivel socioeconómico bajo y con menor clima educativo en su hogar de origen, el ingreso al mercado laboral se da más temprano y compite con la permanencia en el sistema educativo, además de ser quienes tienen hijos más temprano. A los 17 años, el 60% de los varones de menor nivel educativo ya tuvo la primera experiencia de trabajo de más de tres meses, frente al 49% de los de educación media y 15% de los que los que alcanzan estudios terciarios.
Sin embargo, solo el 4% de hombres y mujeres abandonan Secundaria por haber tenido hijos. Incluso las mujeres, al contrario de lo que suele suponerse cuando se dice que abandonan Secundaria “porque se quedan embarazadas”, el abandono se da antes de tener el primer hijo. En esta línea, el estudio muestra que cuando se habla de los ni-ni (jóvenes que ni estudian ni trabajan), que se calcula en unos 80.000, nunca se toma en cuenta el porcentaje de mujeres que sí trabajan, aunque sin remuneración, atendiendo tareas domésticas y de cuidado en el hogar. Filardo dijo que estas mujeres no están excluidas del sistema en este momento, pero que estas condiciones pueden generar dificultad y vulnerabilidad futuras muy importantes.
En este momento, la tasa de desempleo en Uruguay para los mayores de 25 años es del 4%. Sin embargo, es de 18% para los menores de 25, y de 23% para las mujeres menores de 25. A su vez, estos datos se fragmentan según nivel educativo propio o familiar.
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Mucho de qué preocuparse...
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