A la hora de realizar el presupuesto, ni las autoridades ni los analistas privados esperaban que la economía alcanzara un crecimiento de 8,5%. Ese crecimiento imprevisto de la actividad económica obliga al Estado a transferir en el próximo año US$ 120 millones adicionales a la educación, que pueden ser empleados únicamente por la Administración Nacional de Educación Pública (Anep) y la Universidad de la República.
El Presupuesto promete un gasto anual en educación equivalente a 4,5% del Producto Bruto Interno (PBI): el problema es que al comienzo de cada ejercicio, esos fondos deben ser asignados a ciegas, con una proyección que no siempre se ajusta a la realidad.
Tal fue el caso de 2010, cuando el gobierno asignó los fondos a los distintos organismos de la educación asumiendo un crecimiento de 6,5% en la actividad uruguaya. Para solucionar ese desfasaje, el Presupuesto obliga a las autoridades a adicionar la diferencia al año siguiente, en la primera Rendición de Cuentas luego de conocido el dato de PBI.
A usarlo bien entonces...
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