Transcribo un interesante artículo español que resume algunas de mis preocupaciones respecto a las TICE...
Actualmente (plan Escuela 2.0, “projecte EduCAT 1x1”…) nuestras aulas están recibiendo las mayores dotaciones tecnológicas de la historia: pizarras digitales y lectores de documentos, ordenadores portátiles a disposición de cada alumno, intranets con plataforma educativa…
Estas tecnologías de la información y la comunicación (TIC) proporcionan a los profesores y a los estudiantes nuevos canales de comunicación entre ellos y con la comunidad educativa, entornos virtuales de trabajo colaborativo, herramientas ofimáticas y la posibilidad de trabajar en la pizarra o en los portátiles con los infinitos recursos educativos multimedia de Internet.
Pero no basta con dotar las aulas de TIC. Para lograr su “buen uso” didáctico e impulsar la innovación educativa, es necesario ofrecer una adecuada formación y apoyo a los profesores, proporcionándole modelos didácticos de uso de las TIC que sean fáciles, eficaces y eficientes. El profesorado debe “ver” que las TIC facilitan su trabajo y que también facilitan los aprendizajes de los estudiantes.
Y es que efectivamente las investigaciones (ver http://www.pangea.org/dim/) indican que, “bien utilizadas”, las TIC facilitan la docencia, logran una alta motivación y participación de los estudiantes en las actividades de aprendizaje y facilitan la adquisición de algunas de las competencias básicas.
No obstante, estas mismas investigaciones una y otra vez nos indican que, pese a que los alumnos aprenden más, en general (porque en experiencias "de laboratorio" si se logran mejoras notables) no se observan mejoras significativas en los rendimientos académicos de los estudiantes, en sus calificaciones. ¿Cómo se explica esta paradoja?
En estos momentos desde el grupo de investigación DIM-UAB estamos realizando nuevos estudios en aulas con pizarra digital y también en aulas 2.0 (ver investigaciones en http://www.pangea.org/peremarques/) centradas en esta problemática y también en identificar las competencias básicas que se pueden trabajar mejor con el apoyo de las TIC.
Como punto de partida consideramos que lo que aprenden los estudiantes trabajando con las TIC, generalmente con actividades de aplicación y disponiendo de acceso a diversas fuentes de información, no es lo que luego se les pide en los exámenes, que siguen siendo los tradicionales exámenes memorísticos empecinados en evaluar la memoria de los alumnos en vez de valorar la adquisición de las competencias que hoy demanda la sociedad.
Es necesario cambiar la manera en la que evaluamos. Por supuesto hay que seguir cultivando la memoria y asegurar a cada estudiante una adecuada red mental de conocimientos, pero de forma progresiva acorde a la edad, pensamos que los estudiantes deberían poder afrontar los exámenes con libre acceso a diversas fuentes de información (libros, Internet…).
Y aún más. Además del cambio metodológico y en la evaluación, pensamos que no basta con maquillar el viejo curriculum con un “enfoque de competencias”. Debemos repensar los objetivos de la escuela a la luz de nuestro ideal humanístico y de las exigencias de la sociedad actual, y construir un nuevo curriculum para Primaria, ESO y Bachillerato.
Pero no basta con dotar las aulas de TIC. Para lograr su “buen uso” didáctico e impulsar la innovación educativa, es necesario ofrecer una adecuada formación y apoyo a los profesores, proporcionándole modelos didácticos de uso de las TIC que sean fáciles, eficaces y eficientes. El profesorado debe “ver” que las TIC facilitan su trabajo y que también facilitan los aprendizajes de los estudiantes.
Y es que efectivamente las investigaciones (ver http://www.pangea.org/dim/) indican que, “bien utilizadas”, las TIC facilitan la docencia, logran una alta motivación y participación de los estudiantes en las actividades de aprendizaje y facilitan la adquisición de algunas de las competencias básicas.
No obstante, estas mismas investigaciones una y otra vez nos indican que, pese a que los alumnos aprenden más, en general (porque en experiencias "de laboratorio" si se logran mejoras notables) no se observan mejoras significativas en los rendimientos académicos de los estudiantes, en sus calificaciones. ¿Cómo se explica esta paradoja?
En estos momentos desde el grupo de investigación DIM-UAB estamos realizando nuevos estudios en aulas con pizarra digital y también en aulas 2.0 (ver investigaciones en http://www.pangea.org/peremarques/) centradas en esta problemática y también en identificar las competencias básicas que se pueden trabajar mejor con el apoyo de las TIC.
Como punto de partida consideramos que lo que aprenden los estudiantes trabajando con las TIC, generalmente con actividades de aplicación y disponiendo de acceso a diversas fuentes de información, no es lo que luego se les pide en los exámenes, que siguen siendo los tradicionales exámenes memorísticos empecinados en evaluar la memoria de los alumnos en vez de valorar la adquisición de las competencias que hoy demanda la sociedad.
Es necesario cambiar la manera en la que evaluamos. Por supuesto hay que seguir cultivando la memoria y asegurar a cada estudiante una adecuada red mental de conocimientos, pero de forma progresiva acorde a la edad, pensamos que los estudiantes deberían poder afrontar los exámenes con libre acceso a diversas fuentes de información (libros, Internet…).
Y aún más. Además del cambio metodológico y en la evaluación, pensamos que no basta con maquillar el viejo curriculum con un “enfoque de competencias”. Debemos repensar los objetivos de la escuela a la luz de nuestro ideal humanístico y de las exigencias de la sociedad actual, y construir un nuevo curriculum para Primaria, ESO y Bachillerato.
¿Es que no vemos que la sociedad nos lo exige?
de CHISPAS TIC Y EDUCACIÓN. Blog Pere Marquès
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