Diario "El País Digital", Madrid, ES.
Dos veinteañeros logran en solo 551 días, y con una decena de empleados, crear y desarrollar la aplicación fotográfica Instagram... y venderla a Facebook por una fortuna. Un cuento de hadas digital.
"Ahora ya podré permitirme alguna botella más de champagne". Kevin Systrom (28) bromeaba minutos después de anunciarse la compra de su empresa y lo hacía, cómo no, en su cuenta de Facebook. Si el 6 de octubre de 2010, cuando lanzó Instagram, alguien le hubiera asegurado que la mayor red social del planeta pagaría una millonada por su idea, él, con sus inseparables tejanos y sus camisas por fuera, hubiera estallado de risa. Justo 551 días después, la noticia dejaba boquiabierto a medio Internet.
El fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, de 27 años, lo anunció este lunes: 765 millones de euros (1.000 millones de dólares) en efectivo y en acciones para hacerse con Instagram, una aplicación que el usuario se puede descargar de forma gratuita. Esta herramienta permite capturar imágenes con el teléfono móvil, retocarlas y compartirlas online en segundos. Su popularidad se había disparado por su sencillez y originalidad. `Es la primera vez que adquirimos una compañía con tantos usuarios. No pensamos hacer demasiadas compras como esta, quizás ninguna más`, escribió Zuckerberg como justificando lo abultado del cheque. Desde su trinchera-oficina en el barrio de South Park de San Francisco (California), Systrom, un desconocido para el gran público, brindaba eufórico con su colega cofundador, Mike Krieger, y sus once empleados. Los éxitos fulgurantes de Internet volvían a repetirse.
Cómo hizo Systrom para rendir a sus pies al todopoderoso Facebook en apenas año y medio es algo que no dejará de analizarse en los próximos años. Las cifras dan una pista: 40 millones de usuarios toman 3.500 fotos cada minuto con Instagram y escriben 81 comentarios por segundo. En total han subido más de 1.000 millones de fotografías desde sus teléfonos inteligentes, los smartphones, algo de lo que no pueden presumir Facebook, Twitter, Pinterest, ni por supuesto Google+, la red social del buscador.
[...] Corría el año 2004, Facebook acababa de nacer y un jovencísimo Mark Zuckerberg, recién instalado en Palo Alto, oyó rumores del invento, se reunió con Kevin y le ofreció unirse a Facebook.
Systrom rechazó la propuesta. Él, a diferencia de Zuckerberg, que abandonó Harvard para montar Facebook, tenía muy claro que quería finalizar los estudios. Lo hizo con prácticas incluidas en la firma Odeo, donde conoció a los creadores de Twitter (sí, Silicon Valley es un pañuelo). De Stanford saltó a Google y luego a otra empresa donde por las noches aprendió a programar de forma autodidacta. En 2010 lo dejó todo para crear su propia compañía, Burbn, el verdadero germen de Instagram. "Siempre quise montar algo relacionado con la fotografía pero todo el mundo me decía que no iba a funcionar, que eso no daría dinero... no les hice caso", explicaba Systrom con una sonrisa a El País.
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Qué cambió
¿Para qué ha comprado exactamente Zuckerberg Instagram? Zaryn Dentzel, fundador de Tuenti, la red social adquirida por Telefónica, da su visión: `Confirma que las reglas del juego han cambiado. Estamos pasando del paradigma web al móvil. La gente no se separa de su smartphone. Tenerlos fidelizados ahí es muy valioso. Es justo lo que perseguimos nosotros, Facebook y el resto`.
La fórmula se repite: visión, perseverancia, capacidad, pasión. Nos maravillamos con los titulares, pero olvidamos el sudor de sus creadores. Hacer las cosas bien, siempre paga.
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