En Europa y Estados Unidos, padres y especialistas cuestionan la utilidad de la tarea escolar que los chicos deben hacer en el hogar.
Siempre sucedió en todo el mundo: los niños odian los deberes. Pero ahora, su utilidad en el proceso de enseñanza, por lo menos durante los primeros años de la escuela primaria, está comenzando a ser puesta en duda por los adultos: padres, académicos y educadores.
Los detractores de la tarea para el hogar argumentan, ante todo, que aún no existe una investigación científica que avale beneficio alguno para los deberes escolares en el proceso pedagógico.
En cambio, la lista de desventajas, afirman, es cada vez más extensa, al igual que la cantidad de horas que los niños dedican en sus casas a realizar los deberes.
Que son antipedagógicos; que causan conflictos en la familia y acarrean retos y castigos; que los padres se ven obligados a ejercer de profesores particulares; que desalientan a los niños en actividades como la lectura y que aumentan las desigualdades entre los alumnos que cuentan con ayuda familiar y los que no.
Entre otras, éstas fueron las razones expuestas en una protesta colectiva que, desde la semana pasado, reúne a un grupo de padres franceses agrupados en la Federación de Consejos de Padres de Alumnos de Francia (FCPE). Como muestra de su hartazgo, ellos convocaron a una "huelga de deberes" por dos semanas. Se quejan así de "los trabajos forzosos fuera del horario lectivo". El paro, con comentarios risueños de por medio, fue rechazado por el Ministerio de Educación francés, pero bastó para reabrir la polémica en distintos países sobre la tarea para el hogar.
"La idea de que las tareas enseñan buenos hábitos de trabajo o fortalecen la autodisciplina y la independencia es un mito urbano", señaló Alfie Kohn, un educador norteamericano autor del libro "El mito de las tareas escolares". Para Kohn, "la tarea no es de ninguna utilidad para aquellos que no entienden lo que están haciendo", y afirma que existen "un sinfín de evaluaciones que demuestran que son muchos los chicos en ese grupo".
El especialista, sin embargo, reconoce que erradicar los deberes de la enseñanza escolar es un ideal imposible. Entonces, propone como alternativa que, por lo menos, "se hagan en clase y no en el hogar, con la supervisión y la guía de los maestros". Con respecto a las desventajas de los deberes, Kohn agrega: "Hay chicos que pierden el interés en el aprendizaje por el rechazo a seguir trabajando otro turno después de salir de la escuela, y la tarea resta tiempo a otras actividades recreativas, a la creatividad y a los momentos dedicados al juego, en definitiva, a que sean chicos".
En el mismo sentido, la asociación mayoritaria de padres y madres de alumnos en España comparte muchas de estas ideas y, en solidaridad con la huelga de sus pares franceses, lanzó un comunicado de apoyo en el que dicen estar trabajando en un planteo similar. "La escuela se ve obligada a sobrecargar a niños y niñas de tareas que, en realidad, deberían haber trabajado en la escuela", argumenta el comunicado.
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