En un principio, Google decidió pagar el precio que le pedía el gobierno chino, y aceptó autocensurar el resultado de sus búsquedas. Pero con cuatro años, la empresa buscadora de datos y noticias ha visto colmada su paciencia. Tras sufrir uno de los ataques más graves contra sus servidores en un intento de entrar en las cuentas de correo de disidentes chinos, y de organizaciones de derechos humanos, la empresa abandonó la autocensura y amenazó con retirarse definitivamente del gigante asiático. Google cuenta además, con el apoyo del gobierno estadounidense, que convirtió esta guerra cibernética en un problema no sólo empresarial, sino también político e internacional.
La empresa dueña del buscador más popular del mundo aceptó en el 2006 que el gobierno chino le exigiera censurar parte de sus resultados para entrar a ese mercado con "Google.cn". Una empresa basada en la visibilidad, en la búsqueda de contenido en la red, aceptaba funcionar con las normas de un régimen para el que la libertad de expresión es un problema, no un derecho.
Pekín, de hecho, ha desarrollado uno de los sistemas de control de Internet más sofisticados del mundo.
Para poder funcionar en China, Google se autocensuró, suprimiendo en los resultados de las búsquedas términos políticamente problemáticos para Pekín, como Dalai Lama, Falun Gong o Tiananmen. Según dijo Google en 2006, era mejor ofrecer información censurada antes que no ofrecer información alguna.
Pero Google se cansó. Una serie de ataques sufridos en diciembre pasado, que afectaron a usuarios del correo Gmail, específicamente a activistas de derechos humanos en China, llevaron a la empresa norteamericana a anunciar que no seguirá filtrando sus resultados, aun cuando los costos de esta decisión impliquen el cierre de sus operaciones en ese país.
"Estos ataques y la vigilancia que han dejado al descubierto -combinado con intentos, durante el año pasado, de limitar la libre expresión en la web-, nos han llevado a concluir que deberíamos revisar la viabilidad de nuestras operaciones en China", dijo David Drummond, director legal de Google, en un comunicado que la compañía publicó en su blog.
La pregunta que sigue es si los usuarios chinos extrañarán a Google. Según datos de una encuesta online hecha por el sitio "163.com" a más de 14 mil personas, el 78% se manifestó en contra de la retirada. Pero ese número no representa la porción de mercado que Google tiene en China.
Yahoo ayer se alineó con Google y condenó todo intento de intromisión en la red. "Juzgamos este tipo de ataques profundamente perturbadores y creemos fuertemente que nosotros, los pioneros de internet, debemos oponernos todos a la violación de la vida privada de los usuarios", dijo una vocera de esta empresa en un comunicado.
Desde el 2006 a la fecha, el buscador más popular del mundo, logró captar a un 31,3% de la torta, mientras que el actor mayoritario, que en China es Baidu, registra un 63,9% de los usuarios, según datos de la empresa Analysys International.
Las reacciones del enfrentamiento entre el gobierno chino y Google no se han hecho esperar. Desde Human Rights Watch, que aplaudió la acción de Google, hasta importantes protagonistas de la sociedad norteamericana.
La secretaria de Estado, Hillary Clinton, que pidió explicaciones al gobierno chino por estos ataques dijo que "Hemos sido informados por Google de estas acusaciones, que generan preocupaciones y preguntas muy serias", dijo Clinton. El miércoles, el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, dijo en conferencia de prensa que el presidente Barack Obama defiende "el derecho a un Internet libre". Tanto él como la Secretaria de Estado, Hillary Clinton -que se reunió la semana pasada con el consejero delegado de Google, Steve Schmidt- pidieron explicaciones a Pekín. "La capacidad de poder navegar tranquilamente por el ciberespacio es crucial en la sociedad", dijo.
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