El artículo de Miguel Ángel Santos Guerra titulado Efectos secundarios me ha hecho mucho pensar en la raíz de algunos problemas que aquejan a la escuela. Voluntariamente provocador, algunos de los puntos que plantea son los siguientes:
- A fuerza de estar sentados uno tras otro ante el profesor, aprenden que no tienen nada que compartir unos con otros, que nada pueden aportarse unos a otros.
- A fuerza de recibir un curriculum estructurado, organizado y desarrollado sin que les corresponda otro papel que el de meros receptores, les hace pensar que no son capaces de decidir lo que quieren aprender, cómo lo quieren aprender y de qué forma prefieren aprenderlo.
- A fuerza de recibir órdenes, normas y castigos acaban aprendiendo que no son responsables y que no tienen la capacidad suficiente para estar solos.
- A fuerza de estar tanto tiempo en silencio acaban por aprender que ellos no tienen nada que decir.
"Las palabras de Winston Churchill resumen a la perfección estas líneas: “Me encanta aprender, pero me horroriza que me enseñen”. Claro, si en la enseñanza domina la memorización, el aburrimiento, la competitividad y las comparaciones odiosas."
Podremos o no estar de acuerdo, pero vale la pena leerlo para reflexionar y sacar nuestras propias conclusiones...
Podremos o no estar de acuerdo, pero vale la pena leerlo para reflexionar y sacar nuestras propias conclusiones...
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