Mucho se ha hablado y opinado últimamente sobre Wikileaks. Me llamaron la atención unos cables sobre la educación superior en Uruguay atribuidos al encargado de negocios de la embajada estadounidense en Montevideo, durante el año 2006. Muchas afirmaciones no son nuevas al menos para algunos uruguayos, pero es duro leerlas de un extranjero que ve además sus consecuencias...
Por PILAR BESADA, para diario "El País", MVD, UY
La embajada se preocupó por la "crisis" en el sistema universitario público, y consideró que uno de los "cuatro aspectos" que "retrasaban" a Uruguay era "la cultura que aún valora profesiones que no son especialmente útiles para la economía global".
"Aquí se gradúan demasiados arquitectos y abogados, y no suficientes expertos en tecnologías de la información, empresarios e ingenieros", evaluó el ex embajador de Estados Unidos en Uruguay, Frank E. Baxter, en un despacho diplomático de junio de 2007.
En tanto, el encargado de Negocios de la embajada, James D. Nealon, escribió un cable en enero de 2006 titulado "La crisis del sistema universitario público uruguayo".
Allí señala que en esos días, el entonces ministro de Economía, Danilo Astori, había afirmado "que Uruguay debe descentralizar y fortalecer su sistema de educación superior, o arriesgarse a que decaiga la economía". Según Nealon, la embajada "coincide con la evaluación de Astori".
El diplomático hace un análisis poco halagüeño del sistema universitario uruguayo. "Las estadísticas muestran que la vasta mayoría de los estudiantes en edad universitaria nunca alcanzarán un título", indica. "La mayor parte de los estudiantes en la única universidad pública, la Universidad de la República, abandonan o retrasan sus estudios debido a la sobrepoblación, los paros y un sistema demasiado burocratizado", agregó.
El funcionario estadounidense apuntó que "el alto nivel de deserción cuesta a la Universidad de la República un porcentaje significativo de su presupuesto, que ha disminuido consistentemente desde los primeros años de los `90".
Nealon concluye que "en su situación actual, el sistema universitario público en Uruguay no desarrolla efectivamente el capital humano de la nación".
MOTIVOS.
Para Nealon, entonces encargado de la misión diplomática en Uruguay, "la raíz de la deserción y los malos resultados" en la Universidad de la República, "es la política de inscripción libre e ilimitada".
"No hay restricciones en la cantidad de materias que un alumno debe salvar o en la cantidad que puede repetir. En teoría, un alumno mantiene su estatus universitario de por vida", comenta Nealon.
Según el diplomático, la sobredimensión de la matrícula universitaria también se explica por factores sociales y culturales. "La superpoblación no solo estriba en una política de inscripciones ilimitada, sino también en el hecho de que acudir a la universidad ha evolucionado de ser una meta educativa hacia una responsabilidad social", analiza Nealon. "Esta idea está profundamente arraigada en la trama social uruguaya, y muchos estudiantes ingresan al sistema sin un objetivo claro en mente", agrega.
PAROS y PRESUPUESTO.
El funcionario estadounidense comenta que los paros en la Udelar "ocurren periódicamente", y apunta que en el sector privado no se realizan movilizaciones sindicales. Las huelgas en la Udelar "causan retrasos y frustración entre los estudiantes y los empleados de la universidad", afirma Nealon, y comenta que en diciembre de 2005, un paro de la Asociación Federal de Funcionarios de la Udelar, (Affur), "ocurrió en medio de los exámenes de fin de curso, y aunque el conflicto se resolvió en dos semanas, los exámenes fueron postergados para febrero".
En cuanto al presupuesto universitario, Nealon señala que "a pesar del rol educativo dominante" de la Udelar, ésta "no recibe el financiamento adecuado".
Según Nealon, el gobierno uruguayo le asigna "solo dos tercios del gasto promedio en educación superior en América Latina", e indicó que, a pesar de que los fondos para educación pública habían aumentado en esos tiempos, "el presupuesto para la Udelar ha rondado en torno a solo el 2% del presupuesto nacional". El funcionario detalló que el gasto por estudiante también había caído a su nivel más bajo en las últimas dos décadas, y que la reducción del presupuesto también había afectado fuertemente a los funcionarios universitarios, cuyo salario real había disminuido de forma constante durante los últimos 15 años.
DIAGNÓSTICO.
El futuro económico de Uruguay es para Nealon bastante sombrío si no se revierte la situación universitaria pública. "La baja fertilidad y los altos niveles de migración entre los jóvenes uruguayos subrayan la necesidad esencial para el logro académico entre los que eligen quedarse en el país", señaló Nealon.
"Como el mayor proveedor de educación superior, la universidad pública debe producir capital humano de forma eficiente, si el país tiene alguna intención de competir en el mercado global", afirmó.