Internet trajo cambios que muy pocos previeron, y los problemas crecen cuando hay vacíos en la legislación. Así, ninguna Constitución prevee ciertos derechos que comienzan a exigirse en el mundo digital, reclamados por miles de usuarios que se sienten relegados, sino olvidados.
¿ Hasta dónde somos dueños de nuestra "identidad digital" ? ¿ Podemos borrar definitivamente nuestras "huellas digitales" ? ¿ Deberíamos estar amparados por la ley para ello ? ¿ Existe alguna manera de defender con razonable éxito nuestra privacidad en la red ?
Las respuestas, cuando las hay, no son ni categóricas ni sencillas. El imparable éxito de las redes sociales está complicando aún más las cosas, porque surgen a diario situaciones nuevas o no previstas que ponen en tela de juicio los mecanismos empleados hasta el momento para preservar la privacidad de sus usuarios. Facebook es un claro ejemplo de ello. Y tratar de "borrar" nuestra presencia o nuestras huellas, por más antiguas que sean, se complica cada día más...
Algunas empresas, como Salirdeinternet.com, se especializan en hacer desaparecer información no deseada en la Red. Por US$ 70 logra que alguien se esfume del ciberespacio. Miguel Cobacho, uno de sus impulsores, ha liberado a ciudadanos cuyo nombre aparecía asociado a una multa o a delitos cuyas sentencias no eran firmes.
"El problema de Internet es que se publica una cosa y sigue allí. No desaparece nunca", apunta. Salirdeinternet.com se dirige primero mediante un requerimiento al sitio web (boletines oficiales, redes sociales, buscadores, diarios digitales) donde está alojada la información. De no obtener una respuesta satisfactoria, acude a la Agencia Española de Protección de Datos.
Los expertos coinciden en que el ciudadano debe tener a su alcance mecanismos para cancelar datos personales e impedir su mantenimiento universal en la Red. Cobacho apunta que ni los buscadores ni las redes sociales son dueños de las fotos o comentarios que alguien cuelga sobre un tercero.
"Pueden crear perfiles falsos en tu nombre y extender calumnias. Google almacena datos indefinidamente. Hay veces que una información desaparece de una web y aún aparece en Google." comenta.
En Europa, la Comisión Europea ha puesto en marcha un proceso legislativo para reforzar la protección de datos de los ciudadanos y adaptar las viejas normas al entorno virtual, donde los documentos no sólo son de alcance global sino también eternos.
El tema es que para lograr algo de todo esto se deberá registrar con mayor detalle y regularidad información que puede considerarse privada, o que pueda permitir identificar claramente a una persona sin su consentimiento. Será difícil marcar la delgada línea que separe lo necesario de lo no debido, en un contexto donde la información es poder y su disponibilidad permite grandes maniobras económicas.
¿ Quedará nuestra libertad limitada o bajo control ? ¿ Deberemos asumir como costo asociado a nuestra vida digital renunciar a cierto grado de privacidad ? ¿ Hasta dónde estamos dispuestos a hacerlo ?