Hoy Google celebra, con uno de sus famosos doodles, el cumpleaños de uno de los primeros lenguajes de programación específicamente diseñado para niños, concebido en una época donde esa idea era revolucionaria.
Estos días, en la Semana Educativa de la Informática (Computer Science Education Week) que se celebra hasta el día 10, millones de personas en todo el mundo, especialmente los más pequeños, tendrán su primera experiencia con la codificación. Pero la historia se remonta exactamente 50 años atrás, en los años 60 del pasado siglo.
Symour Papert fue pionero de la inteligencia artificial e inventor del lenguaje de programación ‘Logo’ en 1968. Es considerado un destacado científico de la computación, matemático y educador. En 1963 fue invitado a unirse al Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), donde en unión con Marvin Minsky fundó el Instituto de Inteligencia Artificial.
El invento de Papert, llamado ‘Logo’, funcionaba como un instrumento didáctico que permitía a los alumnos, sobre todo a los más pequeños, construir sus conocimientos. Era una potente herramienta para el desarrollo de los procesos de pensamiento lógico-matemáticos. Para ello, construyó un robot llamado la “tortuga de Logo” que permitía a los alumnos resolver problemas.
La primera vez que oí del lenguaje Logo fue cuando trataba de programar una Apple II, computadora con la cual había hecho mis primeros pasos de programación usando el lenguaje BASIC. Un artículo de la revista "Mecánica Popular", en 1984, me dio algunos ejemplos de programas hechos con Logo y confirmó la existencia de una versión para Apple.
Tiempo después ya tenía mi copia y me deleitaba trazando dibujos moviendo a la tortuga por la pantalla.
Todo iba muy rápido. El instituto donde trabajaba compró robots, la famosa "tortuga de Logo", que nos permitió enseñar el lenguaje a edades muy tempranas, a partir de los 6 años. Para ello se empleaban tarjetas, similares a las tarjetas perforadas que se usaron como ingreso de datos durante muchos años en las computadoras de la época. Futuro y presente se encontraban...
Recuerdo con mucho cariño aquellos tiempos, el entusiasmo de los niños, la mirada circunspecta de los docentes, el sueño esperanzado de los padres. Tiempos de búsquedas, experimentación y mucha, mucha entrega. Como decimos en Uruguay, "lindo haberlo vivido para poderlo contar".
La tortuga "Jeulin" con la que enseñábamos a los más chicos a programar.
Para ello se empleaban esas tarjetas plásticas con perforaciones que se ven en las imágenes que el niño debía elegir entre una pila de tarjetas.
Luego las insertaba, de a una, en la caja oscura que las "leía".
La orden viajaba luego hacia la transparente "tortuga", que se movía por intermedio de 2 ruedas accionadas por motores.
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